Todo en una noche + S.O.S.
Hubo una época en que yo era una máquina de relatar salidas nocturnas. Desde el espacio de blogs amigos (especialmente Cantate algo, ver barra de links), jocosamente construía mis noches y hasta las retocaba para que los amigos pudieran entretenerse con mis aventuras o, mejor aún, las andanzas compartidas. Pero se acabó señores: ya no se puede mirar hacia atrás con una sonrisa, pintar las zonas oscuras para no asustar a nadie o disfrazarse de payaso. Cuando las noches son catastróficas se lo acepta y, si se quiere, se goza con el sufrimiento de la insatisfacción lograda.
¿Tres fiestas en una noche, recorrer toda la ciudad, irse a dormir a las 8:30 de la mañana? Cualquier hijo de vecino reconocerá que suena interesante, u osado o divertido. Nada más lejano. Continuando el post anterior, estoy cansado de la mediocridad emocional de todos los días, no sé lidiar con ella y no la tolero. Siempre las mismas caras, las mismas actitudes, la grosería, la monotonía. Y además el frío. Y además las limitaciones propias. Y además...
Analicemos puntos a favor y en contra. A favor:
1) El alcohol y la marihuana. Levantan cualquier noche y, sino, al menos le dan color. Hacen de lo insignificante algo pintoresco. Las muejeres feas se hacen un poco más deseables y a uno le importa todo un poco menos. No bastan para hacer la vida buena pero sí un poco menos mediocre.
2) Discutir con un policía: esos hijo de putas de azul repiten mecánicamente en todo medio público que están para defendernos. ¡Mentira!¡Vigilar y castigar! Sólo porque soy joven me quieren reprimir. Pero no tienen argumentos: "Circule, señor"; "¿Por qué? Yo me quedo acá"; "Justifique por qué se queda ahi"; "Porque soy un ciudadano y esta es mi ciudad"; "Voy a llamar a un patrullero". Mamma mia, no puedo esperar a tener 50 años. A esa edad te tienen miedo.
3) Las mujeres nobles que acompañan al camino. No son lo que uno busca, pero cargan con una nobleza y una bondad que uno las quiere igual. Son como la puta en el melodrama decimonónico, que debe morir por ser puta, pero que se sacrifica por el héroe. En el caso de ayer vamos a incluir en la lista a Josefina (la del síndrome Francia: el culo gordo), Mariposa (por el tatuaje que adorna sus pechos) y la amiga de Mariposa (sólo sé que es de Bahía Blanca). Mis cariños para ellas.
Ahora, los contras:
1) El frío: me gusta, pero a veces rompe las bolas. Es bueno porque obliga a la gente a vestirse y nos evita tener que ver a todo el mundo desnudo, cosa tan corriente y vulgar en nuestro tiempo. Además, nos causa dolor y experimentar dolor es una forma de sentir el cuerpo. Pero todo en su medida y armoniosamente.
2) Los tragos baratos: Llevan poco alcohol y gaseosas de marcas ignotas. Uno termina tomando Sprite del subdesarrollo, con nombres de provincias u onomatopeyas soeces (¡Pinga cola!) y además sale caro.
3) Las mujeres que uno desea. Son preciosas, histéricas y sólo saben hacer el mal. No les importa lo que uno quiere, juegan con uno como una marioneta y jamás se hacen cargo de lo que producen. Ayer me puse mi armadura de Mala Onda y mi escudo contra histéricas y las esquivé. Pero están en todos lados (ver el post anterior, sobre la Loba). Sólo dejan instaisfacción.
Ese fue mi panorama de la noche. ¿Algo más? El triunfo de Nalbandian, whisky, amigos que vomitan aliens, amigos que dudan entre mujeres bonitas o mujeres tetonas desde bares de mala muerte en Adrogué, dudas existenciales y estados de ánimo que varían cada 5 minutos, a causa de razones importantes o no importantes o confusas. En fin, c´est la vie.
Si alguien, de casualidad, lee esto, aquí va mi reflexión del día: ¡SOS! ¡ALGUIEN QUE ME DIGA COMO SEGUIR!
¿Tres fiestas en una noche, recorrer toda la ciudad, irse a dormir a las 8:30 de la mañana? Cualquier hijo de vecino reconocerá que suena interesante, u osado o divertido. Nada más lejano. Continuando el post anterior, estoy cansado de la mediocridad emocional de todos los días, no sé lidiar con ella y no la tolero. Siempre las mismas caras, las mismas actitudes, la grosería, la monotonía. Y además el frío. Y además las limitaciones propias. Y además...
Analicemos puntos a favor y en contra. A favor:
1) El alcohol y la marihuana. Levantan cualquier noche y, sino, al menos le dan color. Hacen de lo insignificante algo pintoresco. Las muejeres feas se hacen un poco más deseables y a uno le importa todo un poco menos. No bastan para hacer la vida buena pero sí un poco menos mediocre.
2) Discutir con un policía: esos hijo de putas de azul repiten mecánicamente en todo medio público que están para defendernos. ¡Mentira!¡Vigilar y castigar! Sólo porque soy joven me quieren reprimir. Pero no tienen argumentos: "Circule, señor"; "¿Por qué? Yo me quedo acá"; "Justifique por qué se queda ahi"; "Porque soy un ciudadano y esta es mi ciudad"; "Voy a llamar a un patrullero". Mamma mia, no puedo esperar a tener 50 años. A esa edad te tienen miedo.
3) Las mujeres nobles que acompañan al camino. No son lo que uno busca, pero cargan con una nobleza y una bondad que uno las quiere igual. Son como la puta en el melodrama decimonónico, que debe morir por ser puta, pero que se sacrifica por el héroe. En el caso de ayer vamos a incluir en la lista a Josefina (la del síndrome Francia: el culo gordo), Mariposa (por el tatuaje que adorna sus pechos) y la amiga de Mariposa (sólo sé que es de Bahía Blanca). Mis cariños para ellas.
Ahora, los contras:
1) El frío: me gusta, pero a veces rompe las bolas. Es bueno porque obliga a la gente a vestirse y nos evita tener que ver a todo el mundo desnudo, cosa tan corriente y vulgar en nuestro tiempo. Además, nos causa dolor y experimentar dolor es una forma de sentir el cuerpo. Pero todo en su medida y armoniosamente.
2) Los tragos baratos: Llevan poco alcohol y gaseosas de marcas ignotas. Uno termina tomando Sprite del subdesarrollo, con nombres de provincias u onomatopeyas soeces (¡Pinga cola!) y además sale caro.
3) Las mujeres que uno desea. Son preciosas, histéricas y sólo saben hacer el mal. No les importa lo que uno quiere, juegan con uno como una marioneta y jamás se hacen cargo de lo que producen. Ayer me puse mi armadura de Mala Onda y mi escudo contra histéricas y las esquivé. Pero están en todos lados (ver el post anterior, sobre la Loba). Sólo dejan instaisfacción.
Ese fue mi panorama de la noche. ¿Algo más? El triunfo de Nalbandian, whisky, amigos que vomitan aliens, amigos que dudan entre mujeres bonitas o mujeres tetonas desde bares de mala muerte en Adrogué, dudas existenciales y estados de ánimo que varían cada 5 minutos, a causa de razones importantes o no importantes o confusas. En fin, c´est la vie.
Si alguien, de casualidad, lee esto, aquí va mi reflexión del día: ¡SOS! ¡ALGUIEN QUE ME DIGA COMO SEGUIR!
8 Comments:
alguien me dijo que era una "persona noble"... me habrà dicho lo que quiso decir?
Sin dudas que sos noble. Yo digo lo que digo por deporte. El alcohol no nos hace mentir, sólo decir nuestras verdades de manera más concreta y clara. Ejem... qué curiosa elección de palabras.
"Ya sólo me faltaba tener clases de parto sin dolor... y con Dolores". Lo dijo el maestro Sabina, un pequeño homenaje para la dueña del comment anterior.
Tiendo a creer que dudar lo que alguien te ha dicho es inutil, solo basta saber si decidiste creerle, o no.
Saraband, eres un misterio. Tus enigmas me intrigan.
No hay nada mejor que la intriga no?.... a parte de un buen polvo, una noche con amigos y sin estrogenos alrededor, una buena peli...en fin no saber y querer descubrir conlleva un placer inmenso.
Pense que eras capaz de reconocer los escritos con los ojos cerrados. Me alegra no ser tan previsible. Adios torito
Hombre, parece. ¡Bienvenido!
Es evidente que no sabes quien soy. Lo mejor es que no puedas definir mi genero, mi cultura (que por cierto es mucha), mi ironia y mi leve psicosis, (que creo compartimos bastante)...Me divierte tu desconcierto...ya entenderas algun dia
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