Friday, October 10, 2008

La última copa

Los dedos temblorosos y una pelota de bilis atragantada desde que amanecí; así me encuentra la media tarde en un bar céntrico de Helsinki. Rodeado de madonnas rubias y diosas mitológicas, perfectas en sus poses nórdicas, armónicas mientras entonan una prosa amable con forma de conversación. Tengo la camisa abierta de un modo casi obsceno. El chaleco, desabotonado, es más una molestia que un signo de elegancia. La barba ha crecido desprolijamente y los anteojos están sucios, sin que sienta la menor necesidad de limpiarlos. La noche de ayer, o lo que quedó de ella, me juega una mala pasada y mi último intento de vomitar no surtió efecto. Mareado, perdido y aún borracho miro al sol finlandés por la ventana y pienso: ¿Ahora qué?
Debería tomar el tren a Tampere, pero me retiene la duda. Hoy toca Leonard Cohen en el Hartwall Areena de esta mismísima ciudad, la Metrópoli del diseño. Leonard Cohen, carajo. 80 euros bien gatillados, pienso, pero 80 euros al fin. Mis intentos por simular que soy un periodista argentina escribiendo sobre el modo finlandés de consumir la cultura no funcionaron. "No hay entradas de prensa para este evento", me informa Tomi Lindblom, el - curiosamente - manager de prensa. No hace falta aclarar nada, los dos sabemos que mi intento fue desesperado y tenía pocas chances de funcionar. 80 euros, joder, con eso come un etíope una semana entera, con eso vivo yo en Buenos Aires una semana y media.
La noche de ayer fue trágica. Nada especial en ella, salvo un tour nocturno por Helsinki. Lo habitual: borrachos, anteojos de marcos raros, rubias con tacos, humo de discoteca donde se pierden los amores que nunca ocurrirán. Ossi fue un gran anfitrión, debo decir, con su bigote juguetón y su corte de pelo disruptivo. Mi ciclo no fue el más recomendable: cerveza rubia a media tarde, cerveza negra entrando la noche, vino chileno antes de cenar (paréntesis de salmón, papas, cebolla y zanahorias con ensalada de remolacha), vino sudafricano para seguir y remate con cervezas robadas en bares gays. La pasada por Redrum, un boliche típico de la movida local, no fue satisfactorio: fumé más de lo que debía, bailé con más ganas de mostrarme que de divertirme y ponderé largamente las desventajas de vivir en Escandinavia. Vino a mi cabeza ese verso de Shepard sobre el tipo que parece loco porque "no oculta desesperada distancia que lo separa de la gente". En ese momento, encontré un espejo y entendí a qué se refería.
No era nuestra noche, no era la noche para un par de románticos empedernidos que creen aún en el amor toruoso y eterno mientras el mundo se sigue cayendo a pedazos. Hablamos de esos amores efímeros, veloces, siempre elusivos; Ossi habló de su novia, una chica curiosa que vive en Oulu, al norte del país, atada a esa región por un hijo y por un pasado mal resuelto. El, promesa de gran regisseur, escritor de óperas y actor todoterreno, resultó ser un tipo sensible, un alargado ser nocturno, elegante y frágil, cómico de una manera gentil. Al menos tiene un amor en algún lugar, pensé, al menos alguien lo espera. Yo, "el majara", "el que está como una chota", el loco perdido que no puede disimular la distancia que lo separa de la gente, no tengo a nadie. Tal vez ese sea mi triunfo, tal vez mis noches de soledad sean el amparo de un Dios melancólico, ahogado por su propia superioridad. No sé por qué la idea no me suena tan halagadora. Más aún, suena falsa.
El vómito sube y baja por mi organismo y yo sigo aquí, tecleando duro sin resignarme. No correré al baño, pienso, tal vez debería hacer un escándalo y vomitar acá, inundar este anticéptico bar de diseño con el fruto de mis entrañas, solo para ver las caras de las rubias, sus zapatos nuevos cubiertos de las máculas de esta bilis sudaca. Sí, señores, cultivado y todo, soy y seré un sudaca, la semilla de la tierra pobre, el hijo legendario de los vicios de nuestros padres, los Libertadores del Yugo Ibérico.
Entonces entiendo que ya no importa, con o sin Leonard estaré igual. Los discos sonarán mejor, el cobijo de un hogar será más grato, la soledad de una estufa junto a la ventana, ver las hojas caer de sus ramas, pensar en los insondables caminos, en las decisiones mal tomadas, en los aciertos inesperados, en las apuestas que no supe hacer cuando el hierro estaba caliente.
Levantar el vaso una vez más, lejos de excesos báquicos y de vómitos traicioneros, y brindar con altivez, con el silencio y con la soledad, esos amigos inseparables de todo poeta fallido:
"Por los nuevos amigos, por los viejos amores y que todos y cada uno de nosotros le pague al diablo su parte".
Salúd.

6 Comments:

Anonymous Anonymous said...

un alivio saber que te puedo volver a leer casi despúes de un año, o algo así, porque de los últimos dos o tres, desde la vuelta de argentina, los meses se me desdibujan, los veranos, las gente y las experiencias. no me acuerdo de cuándo pasaron las cosas, sólo sé que pasaron y el sabor que me dejaron.

sé que estás en el frío norte finlandés al lado de andrea.

te imponemos que vuelvas a pasar unos días con nosotros en barcelona.la ciudad de la que algunos días ansiamos irnos, pero nos atrapa, terriblemente.

mi casa ravalera te espera. te espera.

supongo que verás todo cambiado si vuelves, pero en realidad no tanto.
no tanto porque nos seguimos bebiendo las noches y caminando por las calles góticas, subiéndonos por las paredes de vez en cuando, como hacías tú.

ahora maría es una coolhunter de verdad y carles y benet viven en los videojuegos. yo un poco más yo, y buscando mucho.

y porque somos más viejos y más conscientes de la mierda que nos rodea, pero con mucha más capacidad de reírnos de ella.

ahora somos los de siempre, sólo gustan los perros salchicha y la buena mesa.no sé si esto te vale de resumen.

un beso grande, gordo y ya me contarás qué es en realidad finlandia.

yola

11:53 AM  
Anonymous Anonymous said...

cuál es tu próximo destino?

12:25 PM  
Blogger Cadmo von Marble said...

Yola, mi queridísima! Paso por Madrid en noviembre, estoy viendo si me hago una escadapa a Barna a verlos, guapos. Te escribo bien y te cuento.
¿Próximo destino? Quién sabe. Buenos Aires me dejó ofertas a ser tomadas en cuenta. Necesito establecerme un poco, la verdad.
Seguiré narrando lo que pase, gracias por leer.
Besos

6:25 AM  
Anonymous Anonymous said...

levanto y brindo
por los viejos amores
por los nuevos amigos...

espero brindar contigo
en barcelona en madrid
donde sea...

que maja yola
muy maja tu amiga

2:11 PM  
Anonymous Anonymous said...

que bueno! no paras...
finlandia
eso anda por los amantes no?
los amantes
del circulo
del circulo polar digo...

2:17 PM  
Anonymous Anonymous said...

Well said.

3:25 AM  

Post a Comment

<< Home