Sin alarmas ni sorpresas
Barcelona, 10: 28 de la mañana. Sentado en mi balcón, sintiendo la brisa leve del verano. Se acabaron mis obligaciones, no tengo nada por hacer. Estoy, paradójicamente, de vacaciones. Es el tiempo de los planes y las despedidas. Viene Londres, viene París (por eso la foto con mi amiga Viole, contacto oficial en Francia), luego vendrá la Bella Italia.
Pero ahora como cereales, tan simple como eso. En este momento, lo que importa es mi desayuno. En una hora importará otra cosa y así sucesivamente. Paso a paso. Sensación de paz absoluta.
2 Comments:
Ayy Guido.. no haces más que inyectarme más y más nostalgia y pena... no pienso decirte adios, sobre todo porque las ciudades que empiezan con la letra B, forman parte de mi, y de ti creo que también: B. arcelona, B. uenos Aires, B. (¿erlin?).... por eso la B nos salvará de todo olvido..
esta noche, fieston en la playa
mua.
Es aquello con que Aristóteles llamaba a la verdadera felicidad: la capacidad de la contemplación...
La pregunta ahora es: ¿sabremos disfrutarla?
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