Sunday, September 04, 2005

Mi noche casta y pura

Vivimos en tiempos mediocres. Probablemente se pronuncie esta frase desde que el hombre tiene memoria y miles de labios la han espetado con anterioridad, pero a mí me tocan estos tiempos y hago con ellos como me place.
Vagamos sin fines o creemos tener objetivos claros, pero un mínimo de reflexión revela nuestro desconcierto.
Hagámosnos la siguiente pregunta: ¿Qué hace a una buena noche? Si somos hombres, en el 99 por ciento de los casos diremos que hubo una o más mujeres involucradas (si intercambiamos fluidos antes del amanecer, la noche resulta aún mejor). Lo mismo ocurre con las mujeres, claro, pero sólo hablo de lo que yo sé cómo especímen masculino.
Si bailamos en un ambiente jovial o ameno, la noche también es satisfactoria.
Si fuimos de un lugar a otro, de una situación a otra, conocimos toneladas de gente interesante o simplemente hubo cambios bruscos, es probable que también consideremos a la salida existosa.
Fiestas en zonas alejadas, situaciones atípicas o conversaciones profundas cuentan en la lista.
Lo que siempre, siempre está involucrado, es el exceso. En cualquiera de sus formas, estar "bajo la influencia" y pasarla bien suelen venir de la mano. El interrogante es: si no sabemos bien qué hace a una gran noche, ¿Cómo podemos afirmar que los excesos son sin dudas parte de ella? Era cuestión de probar.
Eso hice, amigos: de comienzo a fin, de atardecer a amanecer. Ni una gota de alcohol, ni un contacto con drogas de pequeña escala, alejamiento de sustancias tóxicas o dañinas, nada de conservantes o lípidos. Mucho té, mucha agua, alguna ocasional ingesta de alimentos sanos y buena predisposición.
Fue un éxito rotundo. Fue casi una experiencia alucinógena, en su extraña manera. Sí, señores, mi noche "limpia" fue novedosa, divertida, variada y refrescante. Hoy logré levantarme no muy tarde y sin resaca, sin malestar, pleno de energía. Llámenme puritano o aburrido, pero hoy empieza mi apología de la vida sana.
Me voy a correr unos kilómetros, para no perder la costumbre.

4 Comments:

Blogger la enmascarada said...

Coincido con usted, mi estimado, no hace falta intoxicarse, la vida real, percibida con todos los sentidos alertas es lo más alucinatorio que existe.

12:41 PM  
Blogger marojuarez said...

los excesos duelen y tienen consecuencias, pero dan impunidad.

7:58 PM  
Blogger Cadmo von Marble said...

Chicos, chicos... obviamente estoy exagerando. Los efectos del alcohol y las drogas son estimulantes y brindan cierta desfachatez.
Lo que digo es que está bueno no tener ese hastío al día siguiente.
Esta vida sana no durará mucho, lo sé, pero mientras la pueda mantener soy feliz. Hoy empecé yoga.

8:43 PM  
Blogger la enmascarada said...

La cosa es ser desfachatado estando sobrio...ja!

9:08 AM  

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