Suspiros larguisimos por omisiones del pasado
A veces siento que este espacio no es lo que yo quiero que sea. Un poco como la vida, ¿no? Uno le pide a la vida que sea jugosa, variada, sorpresiva, le pide tantas cosas que no sabe bien por dónde empezar. Yo quería que este blog fuese un modo de poner en palabras emociones y sensaciones que, creo, son universales. No quería que fuese una especie de diario personal o de manera de hacer catársis en público. Creo que jamás caí en esa bajeza. Pero tampoco debía ser literatura, no debía pretender ser literatura, debía conformarse con ser él mismo, carne viva de mis vivencias o ideas o sueños. Se ha vuelto brutalmente literario y, en el proceso, tristemente artificial.
Me sigo cuestionando en algún punto por qué sigo pretendiendo ser aquello que no soy y, entonces, el planteo inicial del blog está mal. Jamás he sido el Toro, apenas una gacelita disfrazada. Y, desde ese punto de partida, se puede derrumbar una a una las pretensiones de una imagen que no me corresponde. No soy un modelo masculino, por mucho que me mire en los espejos. No soy una figura pública, la gente no se muere de ganas de hablar conmigo. Si me mantengo firme y distante, el resultado de la noche será la ausencia de contacto con la gente y no una pista misteriosa para dar inicio a una conversación.
Ser seductor depende de estar bien con uno mismo y yo no estoy bien conmigo. Maltrato a mi cuerpo y me maltrato moralmente, agrediéndome por esas decisiones mal tomadas y por esa falta de acción en momento claves, y todo para qué... con qué fin. No tengo confianza en lo que hago, pero siempre una voz de afuera habla de mí con palabras de elogio o de respeto. Y yo no logro contagiarme, no lo entiendo del todo bien.
Lo que este blog necesita - y, por ende, lo que mi vida necesita - es que yo me quiera un poco más, a tal punto que sólo pueda decir la verdad. Que broten de aquí palabras ciertas y sinceras, que el pequeño relato literario no ocupe el espacio que merece la crónica descarnada, pero que la vida no sea una mera excusa para narrar. Que existen hechos, que las situaciones hipotéticas en mi cerebro se vuelvan tangibles. Que las cosas ocurran, que no queden cuentas pendientes ni frases hermosas sin pronunciar... que se repitan los comienzos, que no de miedo el siguiente paso, que no quede ni una gota sin exprimir.
Es mi culpa si las cosas no son lo que podrían ser. Y al miedo se lo combate con coraje, llevando las cosas un paso más allá a cada vez, reconociéndonos como vulnerables, perdiendo el respeto al qué dirán. El silencio no es algo necesariamente malo. El alcohol no pone palabras en nuestras bocas. El amor es encontrar encanto en aquello que el otro odia de sí mismo y mostrarle lo equivocado que está.
No se puede pretender crear si quedan asuntos en el tintero, de nada sirve inventar para curar males privados. Llevar una vida íntima sin reproches es el secreto para vivir en armonía con el mundo y vivir en armonía con el mundo es el secreto de las grandes obras. No crean eso de las almas tormentosas y de las miserias de los artistas, todos estaban en paz al hacer lo que hacían. No está en las cosas el secreto a la parsimonia, sino en las tripas propias, en la única e inexplicable fuerza de voluntad que uno elige o no ejercer.
Yo digo que mañana se dice basta y se empiezan a hacer esas cosas que antes se dejaban para después. La inmediatez del ahora es el slogan de la campaña que arranca para salvar mi vida.
P.D.: Todos los que leen este blog saben de la existencia de Chiara. Es una pena, ella antes leía este blog, cuando se molestaba en extrañarme. Yo sigo creyendo que aún me extraña - como sin dudas yo la extraño, pero son temas diferentes -. Hoy mismo fui a una bar que se llama Kim Novak y, al tiempo que me sentaba en una banqueta vi pasar junto a mí a una chica que respondía casi milimétricamente a los rasgos de Chiara. Vale aclarar que yo no estaba borracho ni tuve una alucinación ni me afectó la subjetividad. Nada de eso, la chica era igual, misma altura, mismo color de piel, mismos pómulos, mismos ojos, mismo pelo (atado del mismo modo), todo. Me atemoricé, era como Vértigo, de Hitchcock. Algo me decía que debía hablarle, pero el miedo me invadía. En el tiempo que demoré en decidirme, se le acercó un muchacho y empezaron una conversación bastante sensual. El se fue y llegó otro y ella nuevamente, bien predispuesta. Yo la miraba y pensaba "cómo es posible que se vea tan familiar pero sea una completa desconocida. Esa cara que yo miré y que me miró de vuelta con amor es ahora un cuadro opaco. La posibilidad de que yo me acerque con amor y que reciba a cambio rechazo me llena de espanto. Especialmente con ella". Y así es como no le hablé, me alejé, asustado, sintiéndome solo, triste, abatido, todos mis amigos ocupados siendo felices, a ninguno de ellos podría haberle explicado el enorme vacío que sentía. Habría que inventar palabras nuevas para hablar del miedo a la réplica, a la nueva oportunidad, al destino, a lo verdadero y lo falso juntos, a la soledad. No hay solución: ni contarle lo ocurrido a Chiara, ni hablar con su réplica argentina ni escribir estas palabras son suficientes como para acortar el vacío. Ni siquiera la palabra vacío define a este vacío. Hasta me ha abandonado el lenguaje. Hasta aquí llega esta aventura de comunicar, porque las palabras han dejado de describir aquello que me pasa. Ojalá pudiera decirles lo que me pasa esta noche, pero lo siento. Ya perdí el tren.
Me sigo cuestionando en algún punto por qué sigo pretendiendo ser aquello que no soy y, entonces, el planteo inicial del blog está mal. Jamás he sido el Toro, apenas una gacelita disfrazada. Y, desde ese punto de partida, se puede derrumbar una a una las pretensiones de una imagen que no me corresponde. No soy un modelo masculino, por mucho que me mire en los espejos. No soy una figura pública, la gente no se muere de ganas de hablar conmigo. Si me mantengo firme y distante, el resultado de la noche será la ausencia de contacto con la gente y no una pista misteriosa para dar inicio a una conversación.
Ser seductor depende de estar bien con uno mismo y yo no estoy bien conmigo. Maltrato a mi cuerpo y me maltrato moralmente, agrediéndome por esas decisiones mal tomadas y por esa falta de acción en momento claves, y todo para qué... con qué fin. No tengo confianza en lo que hago, pero siempre una voz de afuera habla de mí con palabras de elogio o de respeto. Y yo no logro contagiarme, no lo entiendo del todo bien.
Lo que este blog necesita - y, por ende, lo que mi vida necesita - es que yo me quiera un poco más, a tal punto que sólo pueda decir la verdad. Que broten de aquí palabras ciertas y sinceras, que el pequeño relato literario no ocupe el espacio que merece la crónica descarnada, pero que la vida no sea una mera excusa para narrar. Que existen hechos, que las situaciones hipotéticas en mi cerebro se vuelvan tangibles. Que las cosas ocurran, que no queden cuentas pendientes ni frases hermosas sin pronunciar... que se repitan los comienzos, que no de miedo el siguiente paso, que no quede ni una gota sin exprimir.
Es mi culpa si las cosas no son lo que podrían ser. Y al miedo se lo combate con coraje, llevando las cosas un paso más allá a cada vez, reconociéndonos como vulnerables, perdiendo el respeto al qué dirán. El silencio no es algo necesariamente malo. El alcohol no pone palabras en nuestras bocas. El amor es encontrar encanto en aquello que el otro odia de sí mismo y mostrarle lo equivocado que está.
No se puede pretender crear si quedan asuntos en el tintero, de nada sirve inventar para curar males privados. Llevar una vida íntima sin reproches es el secreto para vivir en armonía con el mundo y vivir en armonía con el mundo es el secreto de las grandes obras. No crean eso de las almas tormentosas y de las miserias de los artistas, todos estaban en paz al hacer lo que hacían. No está en las cosas el secreto a la parsimonia, sino en las tripas propias, en la única e inexplicable fuerza de voluntad que uno elige o no ejercer.
Yo digo que mañana se dice basta y se empiezan a hacer esas cosas que antes se dejaban para después. La inmediatez del ahora es el slogan de la campaña que arranca para salvar mi vida.
P.D.: Todos los que leen este blog saben de la existencia de Chiara. Es una pena, ella antes leía este blog, cuando se molestaba en extrañarme. Yo sigo creyendo que aún me extraña - como sin dudas yo la extraño, pero son temas diferentes -. Hoy mismo fui a una bar que se llama Kim Novak y, al tiempo que me sentaba en una banqueta vi pasar junto a mí a una chica que respondía casi milimétricamente a los rasgos de Chiara. Vale aclarar que yo no estaba borracho ni tuve una alucinación ni me afectó la subjetividad. Nada de eso, la chica era igual, misma altura, mismo color de piel, mismos pómulos, mismos ojos, mismo pelo (atado del mismo modo), todo. Me atemoricé, era como Vértigo, de Hitchcock. Algo me decía que debía hablarle, pero el miedo me invadía. En el tiempo que demoré en decidirme, se le acercó un muchacho y empezaron una conversación bastante sensual. El se fue y llegó otro y ella nuevamente, bien predispuesta. Yo la miraba y pensaba "cómo es posible que se vea tan familiar pero sea una completa desconocida. Esa cara que yo miré y que me miró de vuelta con amor es ahora un cuadro opaco. La posibilidad de que yo me acerque con amor y que reciba a cambio rechazo me llena de espanto. Especialmente con ella". Y así es como no le hablé, me alejé, asustado, sintiéndome solo, triste, abatido, todos mis amigos ocupados siendo felices, a ninguno de ellos podría haberle explicado el enorme vacío que sentía. Habría que inventar palabras nuevas para hablar del miedo a la réplica, a la nueva oportunidad, al destino, a lo verdadero y lo falso juntos, a la soledad. No hay solución: ni contarle lo ocurrido a Chiara, ni hablar con su réplica argentina ni escribir estas palabras son suficientes como para acortar el vacío. Ni siquiera la palabra vacío define a este vacío. Hasta me ha abandonado el lenguaje. Hasta aquí llega esta aventura de comunicar, porque las palabras han dejado de describir aquello que me pasa. Ojalá pudiera decirles lo que me pasa esta noche, pero lo siento. Ya perdí el tren.
6 Comments:
Tarde, mal y nunca. Pero sigo aquí.
Y siendo más Celine que Madeleine.
guidofredo de mis amores.no suspires tan largamente
puede que en unos meses me tengas por buenos aires, y quizás consiga que nuestros suspiros cada vez sean más cortos. eso lo sabré el viernes que viene, dia 16.
tus amigos son los mejores espejos en los que mirarte. la pena es que el mío esté en estos momentos al otro lado del charco.
te quiere tu amiga technogirl maryflex.
mil petonets
Mariflex, darling: qué gran alegría, me hace una enorme ilusión la idea de que se concreten dos cosas que anhelo mucho. La primera es que de a poco empiezan a venir amiguetes españoles y que podré sacarlos de paseo por mi ciudad. Porque a Baires la puteamos (como todo habitante de una ciudad insulta a su propia tierra) pero la amamos en el fondo y vemos en ella lugarcitos dignos de compartir.
El otro gran motivo es que el año que viene tendré ocasión, muy probablemente, de sacar a pasear a amigos argentinos por las Españas.
Me encanta salir de juerga intercontinentalmente.
Besos, Mary the Beat Queen.
este torito manso,que se lo dice todo!
este torito lamiendose sus heridas
este torito torito bravo!
y así estamos todos,
inseguros,
arriba,
abajo,
mas abajo,
y para colmo sin hacer
literatura.
y sí, el alcohol no nos pone palabras en nuestra boca, nos hace
vomitarlas
un abrazo.
Todo tan de cine.
Las chicas solemos leer todo,y si nó se lo haré saber,porque es lindo.
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