Cuando decimos "ahora", la palabra siempre llega mas tarde que el "ahora" verdadero
Ese jean gastado y roto que alguna vez fue nuevo ha perecido. Esos agujeros no tienen solución.
El jarrón que adornaba el costado superior de la chimenea se ha destrozado. Ese espacio estará ahora vacío.
El pez que nadaba en tu pecera ha muerto a causa de que no le cambiaste el agua. Comprar otro igual no repara su pérdida.
Esa chica que tanto quisiste ya no forma parte de tu vida. No intentes llamarla, solo lo vas a empeorar.
Esos quince años, en los que te emborrachaste semana a semana e hiciste grandes descubrimientos, se acabaron. No intentes repetirlos.
Se llama cambio y siempre duele.
Habrá un nuevo pantalón, tal vez uno de vestir, tal vez un traje, ya te acostumbrarás a él.
Tal vez un reloj o un artefacto chino de plástico llene ese espacio hueco sobre la chimenea, tus ojos se harán a la idea.
Tendrás un perro o un gato o un pez de otro color a quien quieras cuando estés solo.
Aparecerá otra chica, tal vez no tan guapa, tal vez más inteligente, aprenderás a quererla.
Tendrás otras edades y probablemente cada una guarde una delicia que las otras no tenían.
Pero el dolor del cambio no te lo quita nadie.
El peor castigo y la mayor bendición conviven en la memoria.
El jarrón que adornaba el costado superior de la chimenea se ha destrozado. Ese espacio estará ahora vacío.
El pez que nadaba en tu pecera ha muerto a causa de que no le cambiaste el agua. Comprar otro igual no repara su pérdida.
Esa chica que tanto quisiste ya no forma parte de tu vida. No intentes llamarla, solo lo vas a empeorar.
Esos quince años, en los que te emborrachaste semana a semana e hiciste grandes descubrimientos, se acabaron. No intentes repetirlos.
Se llama cambio y siempre duele.
Habrá un nuevo pantalón, tal vez uno de vestir, tal vez un traje, ya te acostumbrarás a él.
Tal vez un reloj o un artefacto chino de plástico llene ese espacio hueco sobre la chimenea, tus ojos se harán a la idea.
Tendrás un perro o un gato o un pez de otro color a quien quieras cuando estés solo.
Aparecerá otra chica, tal vez no tan guapa, tal vez más inteligente, aprenderás a quererla.
Tendrás otras edades y probablemente cada una guarde una delicia que las otras no tenían.
Pero el dolor del cambio no te lo quita nadie.
El peor castigo y la mayor bendición conviven en la memoria.
0 Comments:
Post a Comment
<< Home