Wednesday, May 10, 2006

Calle sin salida

Se acabó. No está terminado, pero a la vez se acabó.
No hay salida de todos modos. Pero yo no sabía que ella no sabía.
A los seis meses, se me acaba el viaje. Agosto es mi plazo de vuelta a Buenos Aires, adios Barcelona.
Yo lo sé esto, siempre lo supe. Pero ella no. Ella lo sabía en un comienzo, pero lo olvidó.
De una manera hermosa e ingenua y llena de fantasía, ella olvidó que yo me iba.
Y yo no. Yo no tengo fantasía.
En el momento en que le recordé que en Agosto partía, hice mucho más que recordar una fecha.
Puse en evidencia un desequilibrio.
Quebré todo un abanico de esperanzas y deseos, o, si se quiere de una manera más tradicional,
le rompí el corazón.
Yo me voy, ella se queda, las promesas son en vano.
Jugué con fósforos, quemé a otros y, en consecuencia, me quemé a mí mismo.
Que estas lágrimas me sirvan de castigo.

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