Jugendzeit
...le parecía que a pesar de que el honor tenía sus ventajas, también las poseía la desgracia, y que las ventajas de ésta última eran prácticamente infinitas. Intentó colocarse en los zapatos de Herr Albin e imaginar cómo debía ser cuando uno se libera finalmente de las presiones que el honor trae y puede disfrutar ilimitadamente de las ventajas sin fronteras de la desgracia - y al joven lo atemorizó una sensación de dulzura irresoluta que hizo latir su corazón aún más rápido durante cierto tiempo.
2 Comments:
Te debo un e-mail que en breve te escribire. Mientras tanto, sigue escribiendo a lo Borges, aunque no te entienda lo que quieres decir.
Un beso enorme, te quiero
No, David, querido. No soy yo el que escribe, es Thomas Mann. Y no te preocupes, porque sé que lo que este post implica sí lo entiendes. Es una sensación que a veces nos invade. Lo estás viviendo, igual que yo.
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