¡Salúd, Archibald Alexander Leach!
No se trata solamente de camisas blancas impecablemente planchadas, a toda hora y en todo lugar. El saco suelto, como se usaba en esa época, aunque toda su vida sea "esa época", hasta el final de los tiempos. El pelo jamás perdería su forma en esa raya al costado galante y a medio camino entre la costumbre y el estilo personal. Los sombreros nunca le hicieron honor, por eso era frecuente que apareciera tras una puerta, sombrero en mano, exigiendo que lo dejaran pasar.
Nunca estuvo a la moda. Siempre estuvo más allá de las modas. Todo intento de vestirlo a la moda resultó en insulto.
A él, que inventó la palabra clase y que se apropió de la palabra estilo. Un chico pobre con pasado circense, el Rey de Hollywood. El verdadero self-made man, la encarnación de la revolución social: ¿Por qué no soñar si un muchacho vagabundo, que escapó de su casa en años en que Inglaterra era un nido de ratas, cambió sus harapos por trajes monárquicos con sólo explotar su sonrisa y su carisma?
Dirán que su bronceado permanente era artificial, que su aspecto invariable denotaba conservadurismo y hasta dirán que no era más que un homosexual reprimido. Dirán, dirán, pero no hay mucho que se pueda decir. A George Clooney le encantaría ser como él y eso que Clooney merece su lugar en el firmamento.
Una vez más, como tantas antes, sin razón fija, sin motivo aparente, festejo su gloria y lo homenajeo, me rindo a sus pies. Y rememoro la mítica frase, nunca más cierta:
"Las mujeres desean a Cary Grant, los hombres desean ser Cary Grant... hasta Cary Grant quiere ser Cary Grant."
2 Comments:
te has ganado un beso!
muá.
muá muá muá
Alguien ha llevado jamas un traje,
mejor que él?
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