Sunday, June 14, 2009

Rumbo

Cuando los frailes menores se dispersaron, de dos en dos, hacia las distintas regiones, le tocó a fray Maseo acompañar a Francisco. Sin saber qué dirección tomar, Maseo preguntó qué rumbo era el indicado. Francisco lo hizo entonces girar en círculos hasta sentir que el mareo le impedía continuar girando. Cuando Maseo, aturdido por las vueltas, se detuvo, Francisco le indicó caminar recto en esa dirección y juntos arribaron a Siena, donde Francisco pacificó a un grupo de hombres en disputa y fue acogido magnánimemente por el obispo.
La lección es clara: elige un camino y continúalo sin cuestionar. La Providencia tiene grandes recompensas para quienes perseveran.

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