Sunday, August 27, 2006

Miscelanea

Paso muchas horas frente a la computadora. Puedo decir que es porque estoy deprimido o porque extraño a una vida y a una ciudad a las que solo tengo acceso a través del mundo virtual. Pero eso sería ser deshonesto, porque antes de irme ya pasaba mucho tiempo delante de la computadora y durante mi estadía en Barcelombia no fueron menos las horas delante del monitor. Y vale decir que todos mis amigos son iguales, que toda mi generación pasa horas y horas frente a la computadora.
Las razones dan igual, el discurso sociológico sobra y el análisis de las otras generaciones que crecieron con la radio y la tele nos tiene cansados. Pero yo igual comento cada tanto que no entiendo la explosión de los teléfonos celulares, su repentino boom, en una época donde cada vez tenemos menos cosas para decirnos. Pero me lo replanteo y me doy cuenta de que no es que no haya nada que decir, sino que tenemos mucho pero mucho miedo de decirnoslo a la cara.
Y por eso las horas y horas invertidas frente al ordenador. Ya nadie se pasa el tiempo con juegos o con el solitario o redactando un manifiesto (para eso está la máquina de escribir, coño). La juventud se engancha para estar en Internet, y eso implica o bien mirar los mails, o bien conectarse a un medio de comunicación inmediato (MSN, chats, lo que sea) o bien bloggear (como yo o como tú, lector) o bien lisa y llanamente perder el tiempo con páginas de tonterías.
Pero la idea de fondo no es criticar a la tecnología o cuestionar nuestros modos de comunicarnos, sino hacerme esta pregunta: ¿No será que hay algo fascinante en el aparato mismo, más allá de lo que hagamos con él? Yo no sé cómo, pero cuando me doy cuenta pasaron como seis horas y no recuerdo haber hecho nada productivo. La computadora me atrae y me chupa y además se encarga de que no sienta ni el más mínimo remordimiento al respecto.

Siempre pienso a la vida como casilleros. Hay gente que inmediatamente me llama obsesivo o neurótico ante esta afirmación, pero eso es irrelevante. Siempre me detengo al menos un instante por día a pensar cómo está mi vida y entonces reviso uno a uno los casilleros. No tienen número fijo y constantemente pueden aparecer nuevos, pero hay unos pocos privilegiados que permanecen y tienen más peso que todos los demás; se llaman más o menos Amor (o vida amorosa), Vida Académica, Vida Laboral, Ego (o Autoestima), Salúd, Vida Familiar. Cada tanto se subsidiven, y soy capaz de reconocer que un aspecto anda bien salvo por un problemita (si, por ejemplo, en la universidad está todo bien pero un examen me fue menos bien de lo previsto). Sin embargo, el gran problema es que soy propenso a la reacción en cadena y, si un aspecto muestra signos de alarma grave, pronto contagia a todos los otros aspectos y mi cerebro se encarga a gran velocidad de encontrar razones para que me alarme en todos los rubros. Eso genera ansiedad, miedo, tensión. El mecanismo opuesto también funciona, que el éxito rotundo de una categoría contagie a las otras, pero el mecanismo es mucho más consciente y forzado. Soy un genio inspirado para crear problemas pero un obrero trabajador para solucionarlos. Eso me convierte inmediatamente en el prototipo del pesimista.

Por naturaleza, postergo. Soy el primero en dejar para mañana lo que podría hacer hoy, en este mismo instante. Prefiero dejar que las circunstancias me obliguen a hacer las cosas yo solito. Sé prever pero no poner en práctica esa previsión y, por lo tanto, da lo mismo. Se trata de bastante vagancia, una buena dosis de pesimismo, unas cucharadas de escepticismo y mucho pero mucho miedo a que las cosas no resulten bien. Confio que seré un gran creador pero no hago nada para llegara a eso, asumo que será cosa del futuro, que aún falta mucho. La cama es mi hábitat natural, me muevo en ella como pez en el agua. Sé hablar pero no sé concretar. Sé el comienzo y sé el final pero lo del medio me confunde y me cansa. Tengo las ideas pero no tengo el método para transformarlas en algo real y tangible. Soy igual que vos, el que lee, que invierte tiempo en esto para no tener que hacer aquello que debería estar haciendo. Yo te respeto y te entiendo, siempre y cuando sepas como yo sé y no te avergüences de que en realidad no vamos a ninguna parte.

Hoy fui a ver danza brasileña. El diario decía que es maravillosa, pero a mí no me pareció gran cosa. La danza en sí no me dice nada pero ésta me dijo menos aún. Dejé que mi mente volara durante toda la función y no me gasté en aplaudir. No puedo decir que la pasé mal, los cuerpos eran fabulosos. En el público estaba Gael García Bernal, a quien sacaron a pasear unos de la productora de la película que está haciendo acá. Confirmé dos cosas: es igual a mi amigo Fede y, como todas las celebridades, es mucho más pequeño y menos atractivo de lo que la pantalla muestra. Nadie se acercó a saludarlo ni a felicitarlo y me alegré, porque asumo que es lo que él quería. Me dieron ganas de decirle algo, pero luego pensé que lo mejor sería dejarlo ser. Ya le diré algo a Fede en alguna de nuestra borracheras y será casi lo mismo.

6 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Internet es mi hogar, piensa uno al viajar. Estoy en un hostal de una aldea entre Letonia y Lituania llamada Akmene, un lugar del que nunco habia oido hablar ni habia despertado mi curiosiidad hasta ahora. Pero ohh... veo que hay internet gratis. Y uno sabe que con hacer click tiene su realidad condensada, fotolog donde recrearse en lo escrito anteriormente, un post tuyo, mensajes de los que quiere o quiso... todo. Y todos: tu, la lechuga con macetade mi fotolog, mi padre, Frank, mis musicos... entrais de lleno en esta aldea baltica. Y domesticais todo este espacio y haceis que me vaya a dormir tranquila, porque todo esta en su sitio. Un beso. Tambien te he mandado un mail.

3:28 AM  
Anonymous Anonymous said...

A los dos nos gusta el verbo postergar, que diría alguno.

Y sobretodo me gusta ese título.
Pero tu ya lo sabes.

7:00 AM  
Blogger Cadmo von Marble said...

Jajaja... "A los dos nos gusta el verbo fracasar", diría uno que yo sé, pero no se aplica a nosotros, ¿Verdad?
Hoy empiezan (o deberían empezar) mis actividades importantes. Nada de fantasía, la verdad. Me permito fantasear un poquito con el Báltico, con Hispania ("tierra de conejos"), con otros Nortes. Y después me pongo a llamar a los jubilados, que ya es hora de que vengan a doblar sus voces para mi corto.

10:27 AM  
Anonymous Anonymous said...

menos mal, que ya empiezo a leer al cadmo von marble.

un beso

7:26 PM  
Anonymous Anonymous said...

juuaaaass.. cadmito, desconectate un rato y salgamos de parranda, que si no yo tb me quedo pegando a la compu. ya empecé a estirar las vocales y a abreviar palabras cuando escribo, se pone grave la cosa. abrazo amigo.

11:39 PM  
Anonymous Anonymous said...

cadmo! cadmo! la masa corea su nombre. las mentes vacías enfrente de pantallas con resultado de creatividad, quien dijo que eso fuese malo?

te pido por-favor que vayas al youtube a mirar videos de la hora chanante y que extiendas su vocabulario por allende los mares americanos, me cago de risa, che.

besos

7:48 AM  

Post a Comment

<< Home