Sunday, August 20, 2006

Debilidad

No logro superar esta tortura, no tiene límites. No tiene punto de comparación, no tiene solución aparente y me duele como un bala atravesada en la frente. Me muero de amor y de tristeza y de pena y de desolación. Me marchito de manera precipitada y violenta a cada segundo que me mantengo lejos de donde debería estar, con quien debería estar. No pasa al menos un momento del día donde no fantasee con la idea de quitarme la vida, ahogado en el llanto, o donde, desborado de emoción, no piense en la idea de comprar un pasaje pronto hacia destino.
No soporto que ahora Paseo de Gracias sea Libertador, que deba hablar de Sarmiento y no de Aragón, que todo el mapa mental deje su paso a otro mapa mental, mucho más extenso, mucho más caótico, mucho más siniestro. Ya no puedo caminar a cualquier sitio, pasar por la casa de algún conocido por accidente o mirar hacia la montaña. El mar se volvió lejano y distante, el gris reemplazó al marrón terracota, las sombras de los altos edificios opacaron a los edificios bajos y su permeabilidad al sol.
Todo ahora es una copia vil de un original que me queda muy lejos.
Todo ahora es menos importante, más mediocre, menos pulcro, más ruidoso.
Todo ahora será rápido, más discutido, más analizado, menos respetuosamente.
Todo ahora será una batalla fría contra un medio con el que no logro ni deseo congeniar.
Se acabó lo más extraordinario, lo más sublime, el máximo esplendor de mi vida.
Ahora hay que ver qué mierda pasa.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home