Monday, January 05, 2009

Una categoría individual, solo para vos

Nos equivocamos. Esa noche en Cuba nos equivocamos. Teníamos todo y no lo hicimos. Qué cobardes, qué necios perdidos en el lenguaje. No valía más ese silencio que el roce de los cuerpos, ¿no sabemos eso a esta altura? Creí que sí, que yo al menos había aprendido. Pero en realidad es al revés: el negador soy yo, vos fluís. Vos sos vos.
Y tenías mi sombrero, el que te dí dos años antes. Y estabas igual, flaca, descoordinada, aferrada a un brazo amigo. Esa noche fue el mío, te extendías desde mi brazo como una parte de mí nueva, pero conocida. Eras el pedazo de mí que me faltaba, ¿te das cuenta? ¿Nos damos cuenta de lo que perdimos?
Casi un año me llevó entenderlo. Tarde, yo soy de los que caen tarde.
Es otra oportunidad que dejo pasar y me confirma el desfasaje.
Te quise escribir - no en un sentido directo, no de persona a persona, sino metafísicamente, creándote en el proceso de hablarte - y fracasé. Me nublé, esquivé la mirada, escribí sobre personas que olvidé y que me dan un enorme trabajo. Las energías que invierto en no mirar son enormes y queman como el sol. Mi historia es la historia de los peces muertos, flotando en la superficie del agua estanca, el caballo estacionado solo, en el desierto, sin siquiera mirarme cuando llamo a su nombre.
Llamo a tu nombre, lo invoco desde el fondo de este pasillo. ¿Me estás oyendo? ¿Suena mi voz de ultratumba en las colinas arriba, donde descansa Pedralbes? Sé que en Cuba la noche es negra, y que lloran los gatos cuando la luna no se refleja en el Mar Caribe. ¿Estás arriba o estás abajo? Estás acá, ahora, te estoy invocando con la memoria.
Me aferro al pasado para tenerte cerca, para que no te pierdas. Pero pronto voy a perder, porque alguno de ellos sabrá mirarte bien, alguno afilará la vista y logrará encontrar las palabras para bajarte la guardia. Sé que el que lo logre no será un idiota, sino un hombre fino, sagaz, de buen tino. Y yo, que pensaba que era tan único, una pieza exótica que brillaba con luz propia; yo, que creía que me bastaba con imitar a poetas poco leídos en callejones de piedra...
Yo sigo acá, más o menos como era, más o menos de cartón y más o menos de rubíes. Yo corro y corro y el músculo se endurece. De tan endurecido está casi tieso, casi inerte.
Está esperando, y no es el único, que lo vengas a reavivar.
Será que sigue sangrando la cicatriz interior, o será un exceso de teatro.
Será que te admiro, o que te temo, o que me siento menos persona y más humano (frágil, insufrible, efímero humano), que deseo alimentarme de vos, mirarte y callar, seguirte e imitar, ser un poco más vos y un poco menos yo. O menos yo del todo, qué sé yo, borrarme a mí mismo en un exceso de cinismo, ser tan ególatra que de mi vieja persona cotidiana no quede nada.
Así me ponés, ¿Entendés? Basta que existas para que me convulsione. Sos un metrónomo para mis desvíos.
Soy una tormenta y una ópera, una invasión y un suicidio. Soy todas las catástrofes y los pecados, soy las fallas más groseras de la humanidad y sus fracasos, soy tan pequeño que me pierdo en el vacío y soy tan enorme que en los espejos solo entran mis moléculas.
¡Y aún así te necesito!
¿Me oís, seguis leyendo?
¿Seguís escuchando y memorizando cada palabra que digo?
¡Te importa la gente! Lo pienso y me muero de amor. Sabés escuchar. Es tan simple y aún así en eso fracasamos todos.
¡Nadie escucha!
¿Lo notaste?
Ah, no, es cierto que vos estás rodeada de gente que piensa y escucha y entiende. ¿Cómo lo hacés? ¿Cómo hacés para darte cuenta a tiempo, para no sufrir con el paso de las horas y los años, para añorar sin lamentarte, para no llorar todos los mares porque la juventud pasa como la gloria del mundo, para hablar de tal a tal con mitologías andantes, para tutearte con la incertidumbre hasta el extremo de ser irreal pero con todos los huesos en su sitio?
Intento ser desmedido y me quedo corto. Quiero escribirte una oda y me sale un obituario con previsión.
Cansado, rendido, superado, mareado y agotado de escuchar a mi propia voz en la cabeza dictándome las frases, me voy a dormir. No tengo sueño, pero la realidad me supera.
Pausa.
Vamos desde arriba.

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

si yo fuera ella
moriria por vos.

10:54 AM  

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