Poros en flor
Estamos solos y nadie nos ve, y yo tengo clavada en medio de la frente la imagen de esas piernas. Cómo no imitar a los otros si uno se enfrenta al vacío y le da miedo de solo pensarlo. Es enormemente complejo fijar las palabras sobre la hoja y no tratar de impresionar al que está del otro lado, vaya uno a saber quién es. Porque, cabe admitirlo, uno a veces, o en general, no tiene ni la más remota idea de quién está allí, esperando en la penumbra, resonando con gravedad detrás de un suspiro.
Nadie está mirando cuando te acaricio la pierna y te la hago sonar como un violín, porque estás tan hermosa que me quiero comer los nudillos de los dedos, quiero quebrar a los jueces en miles de partículas de luz y quiero estar más presente, ser yo el que te agarre con plenitud y no una ráfaga de viento pasajera e impune. Vamos a mirarnos a los ojos y a pedirle ayuda a los gatos, a ver si ellos pueden, con todo su elegancia y glamour, poner en palabras tu esplendor.
Nadie está mirando cuando te acaricio la pierna y te la hago sonar como un violín, porque estás tan hermosa que me quiero comer los nudillos de los dedos, quiero quebrar a los jueces en miles de partículas de luz y quiero estar más presente, ser yo el que te agarre con plenitud y no una ráfaga de viento pasajera e impune. Vamos a mirarnos a los ojos y a pedirle ayuda a los gatos, a ver si ellos pueden, con todo su elegancia y glamour, poner en palabras tu esplendor.
1 Comments:
Ha ti sí que te han pasado cuchillos por la piel y poco a poco han hecho de tu sensibilidad un hecho tangible. Pues hombre, este post es muy bello, porque es simple y sencillo, enmarcando lo complicado. UN gusto. A.-
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