Pico y pala por plata

Dicen estar decepcionados, típica actitud paternalista. ¿Decepcionados? ¿Y debería importarme? Tengo mucha facilidad para desligarme de las consecuencias de mis actos. No siento que el deber sea relevante, ni siuiqera pertinente. Estamos haciendo televisión, carajo. ¿Qué relevancia puede tener? Mi desidia es mi resistencia, mi silencio es el arma que tengo ante la falsedad de la buena onda de los que te explotan. A más dinero, más rendimiento. Se confunden si creen que con tretas y amiguismos van a sacar a menos precio lo que sale caro. Mi interés y mi compromiso salen dinero. Por causas innobles, soy un mercenario. El amor te lo doy si el proyecto brota de las entrañas, si es un deseo superior y no un producto. ¡Decepcionados! ¡Qué descaro! Lo que no saben es que se decepcionan de mi peor versión, la que se merecen. A poco billete, poca generosidad y entrega.
Las cosas hechas rápido se hacen mal. Y no divierten. Sin diversión, con presiones y con hipocresía, ¿Qué te filmo? Una mierda. Lo mínimo indispensable. Si me van a jugar con la plusvalía, les quemo la casa.
Qué inmundicia el mundo laboral.