Saturday, October 08, 2005

Fin de fiesta

Cuando la cosa no da para más, hay que matarla. Si bien uno nunca está seguro y hasta último momento duda, llega una instancia en la que ya no tenemos ganas de seguir peleando porque el premio no parece valer la pena. Esa determinación llega cuando nos damos cuenta que algo cambió indefectiblemente: se agotó la fantasía, sólo queda tristeza.
Decidí (al menos creo que estoy seguro de que tal vez...) terminar mi relación con J. Y lo hice en una ráfaga de fuego, si eso fuera posible. Lo hice con violencia, con verborragia y, por sobre todas las cosas, con una mezcla agridulce de desazón y alivio. Me gustaría decir que ya no tropezaré otra vez con esa piedra, pero... preguntale.
Como siempre, fui a la fiesta esperando encontrarla pero preparado para desilusionarme. Como siempre, pensé las palabras más hermosas posibles para decirle pero sabiendo que sólo le producirían indiferencia. Como siempre, pensé en seducir y abandonar a sus amigas/conocidas/familiares, con descaro y descuido.
Me embriagué como indica la vieja escuela (mezclando líquidos inrreconciliables), bailé desenfrenadamente entre una multitud muerta de espíritu e histeriquee con toda hembra que me deseara. Y, luego de esperar, me dije "claro, era evidente que no vendría." Entonces elegí un buen target, una de esas mininas que pueden combinar dulzura y cachondeo, una niña que ya había visualizado en los pasillos de la facultad. Anteojos de marco negro, pseudo rubia, habla inglés como si fuera gringa, es bonita pero no lo sabe, a mis amigos no les gusta en lo más mínimo. Era perfecta.
Cuando voy a dar la estocada, zas... me lo dicen, por sobre los hombros: "Tiene novio y es canadiense... igual, es re sexópata." Todo al diablo; yo no compito con anglos y menos le disputo la chica a otro caballero. No me gusta, y menos me gusta nadar contra la corriente.
Depresión y caída. Replanteos. Tristeza. Levanto el celular y llamo a J, manotazo de ahogado. Dejo un mensaje de ebrio, tonto, juguetón donde no hay nada que jugar, vacío. Me arrepiento al microsegundo de haber cortado.
Cansado de estar cansado, me siento en un rincón, a contemplar al desperdicio adolescente envasado en cuerpos que se frotan y se deslizan, pudorosos pero anhelantes. Y entre ellos... sí. J, con su accesorios colgados en el cuello, con su andar cansino, muy impostado. Me mira, me saluda, nota mi infinita tristeza. ¿Qué te pasa? Estoy eternamente triste. ¿Por qué? Qué sé yo, es largo de explicar. Y se va, con su amiga, amarraditas de las manos.
Me levanto, salgo a buscar aire, consigo unas pitadas de pasto. Revivo. Y la salgo a buscar, con fines inciertos. Me la cruzo y sale todo, la llamarada, de adentro, sin procesar. Se ríe, pero pronto su sonrisa se desfigura en mueca de incomodidad y de espanto. Sufre, y creo que me gusta, pero en realidad no me gusta porque inmediatamente me pregunto por qué tenemos que llegar a esto para que los dos sepamos cuántos nos queremos.
"Al fin conozco a una persona más egoísta que yo, sos el castigo de Dios para mí por ser como soy", "Necesito saber si me deseas o no porque no quiero perder más el tiempo", "No sabés el trabajo que me costó ignorarte durante tres días seguidos, a mí no me sale tan bien como a vos hacerme el indiferente; me muero de envidia", "Te lleno de palabras hermosas y te chupa un huevo, siento que no tengo manera de llegar a vos, mis palabras no valen nada", "Me decís de hacer algo pero sé que no me vas a llamar, no tenés ni la consideración para decirme que no tenés ganas o que estás cansada, preferís mentirme", son algunas de las frases que le tiro, casi sin pensar.
Ella tiene miedo. La está pasando mal. No me gusta, pero necesito que escuche lo que ella no quiere que le digan.
"Me quiero ir, quiero ir a bailar, me estás quemando la cabeza, hablamos en otro momento" argulle, queriendo huir.
"No va a haber otro momento", explico, "y no te vas a ningún lado, porque no terminé con vos todavía."
Y cuando quiero reaccionar, ya se pudrió todo y estoy más triste que antes y pierdo el control y hago lo peor que podía hacer. Con ambas manos tomo su cara y acerco mi boca a sus labios, como si un beso lo borrara todo. Grave error, rechazo terminante. "Te crées que con un beso lo arreglás todo... por qué no me lo diste al principio." Y tiene razón.
Pero ya es tarde, porque cuando los planteos ocupan la escena se muere el deseo. Es la muerte del costicismo. Cuando a uno le lleva tanto tiempo explicar qué anda mal y encima no es comprendido en lo más mínimo, las ganas de tocar, de sentir, de querer, se apagan. Es enormemente desolador, pero a la vez trae calma. Es muy relajante no desear más a un objeto doloroso.
Y me voy, enojado pero energético. Algo cambió. Manejo a velocidad y pienso en ella, pero no ya con amor sino como un vacío que hay que llenar. No puedo predecir qué va a pasar, pero algo del orden del afecto se murió.
Es hora de buscar un nuevo amor. Uno sano, un lugar donde estar bien, donde no discutir.
Basta de chicas conflictuadas que no saben lo que quieren. Necesito un respiro.
Cuando llega el trágico fin de fiesta, no queda otra que irse a dormir y soñar con las cosas buenas que van a venir.

4 Comments:

Blogger siddsteve said...

"Lo hice con violencia, con verborragia y, por sobre todas las cosas, con una mezcla agridulce de desazón y alivio."
Conozco esa faceta tuya; solía hacerme acordar a la catarsis griega que nos invitaban saber años pasados.
Me provocó una ingrata sensación tamaño narración de tu sufrimiento aquella noche -sobre todo la parte que versa sobre la muerte del costicismo-, y quizás sea justo, como vos decís. Al respecto, opino que se amparan en aquella justicia intangible los que están en lo más alto del podio, y los que están en la ruina. Cualquiera sea la plataforma en la que hayas estado vos, tembló, y temblaste con ella porque no estás acostumbrado a cosas del tipo, y mucho menos a reprimirte.
Coincido en la conclusión a la que llegás tanto desde mi raciocionio como desde la pasión. Time to move on.

Este comment tiene calidad de pago moroso, pero el placer de haberlo redactado borra el compromiso y lo convierte en uno art pour l' art, reposicionándome como deudor.

Con el cuidado de no ponerse excesivamente meloso, te manda un abrazo este viejo y atemporal amigo.

8:25 PM  
Blogger Cadmo von Marble said...

Gracias, amigo, por la reflexión y por permanecer fiel a sí mismo. No hay temporalidad cuando la gente se comprende. Las experiencias deben ser compartidas como modo de mitigar los dolores propios y de brindar enseñanzas a quienes aún son vírgenes en el terreno de ciertos goces y sombras. Así habló Cadmo.

9:39 PM  
Blogger Mariano Dorr said...

Ayer, cuando terminamos de ver El Rey de la Comedia... quedé equis... caminé por el parque... llamé a mi ex... no me atendía... me sentí mal... sabía que ella estaba con un microfonista, costiceando...
Ahora acabo de hablar con ella... me dijo que finalmente no tuvieron el costicismo porque él cabeceaba la bola de espejos en la fiesta, y semejante actitud zapatillista la mató. En fin. De todos modos... es todo tan equis. Y supongo que lo más fuerte es que no me siento tan débil como antes. Me pone triste saber que me banco que la mujer que amo se acueste con otros tipos... pero es así.
J... es muy parecida a C..., la última chica con la que salí. Son tal cual en muchos aspectos. Es difícil llegar a algo con personas así. No construyen nada, sólo pasean. Les gusta la arquitectura, pero no son obreras de la construcción. En fin, amigo. Un abrazo.

4:39 PM  
Blogger Cadmo von Marble said...

Mariano: dos cosas.
1) Hay esperanza en Vicky. Si puede reconocer aún que ser zapa es ser anticosti, entonces hay esperanza. No renunicaría a esa pelea, sólo moderaría los embates. Porque ella siente que te tiene a sus pies y, si bien es cierto, es un poco equis que lo sepa tan claramente.
2) Hay que elimira todo deseo por las chicas como J o C. Para seguir tu metáfora, sólo les gusta destruir pero les aburre o cansa construir. Ponen dos ladrillos, juegan a ser constructoras, pero ven un grupo de punks y quieren romper todo. No se puede vivir día a día con ese principio de incertidumbre. Hace mal a la salud.
Gracias nuevamente por la visita. Remember Rupert Pupkin.

6:48 PM  

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