El menemismo como corriente estetica
En un país tan absurdo como este, todo se simplifica. No hace falta pensar en soluciones, siempre podemos quejarnos. No es necesario plantear propuestas, siempre se puede atacar a los que piensan diferente a nosotros. Es irrelevante pensar al pasado reciente, suficiente tenemos con el presente que nos toca, que siempre es "el peor de la historia". Apoyamos a una cosa en un momento para atacarla abiertamente después, somos oficialistas un día y opositores otro, todos tenemos masters y doctorados en demagogia y cholulismo. Somos, en pocas palabras, lo peor de Latinoamérica, el colmo del subdesarrollo.
Mucho se habla de las consecuencias económicas del menemismo; de la desigualdad que generó, de cómo la privatización total condicionó nuestras vidas, de la descarada destrucción de la cultura y el apoyo público a las mafias y los robos. Pero no quiero hablar de eso, de eso todos conocemos, todos hablamos. Me pregunto, por otra parte, por el efecto cultural del menemismo. Todos podemos analizar un objeto y decir, sin temor a equivocarnos, que es "menemista". Lo mismo con una actitud, con una persona, con un modo de vivir o con un pensamiento. Tal vez no podamos terminar de definir qué características dan como resultado ese mote, pero todos sabemos a qué se aplica. Lo cual nos obliga a pensar que el menemismo no sólo dejó entre nostros enormes consecuencias económicas o sociales. Dejó también consecuencias estéticas y culturales.
Miremos a nuestro alrededor. Veamos algunos ejemplos:
1) La movida electrónica. Es un claro gesto cultural menemista. La uniformidad en la vestimenta, moldeada en la oleada de marcas multinacionales que se instalaron en el país durante el período en que reinó ese señor. Cierto desenfreno consumista, onda Miami, plagado de viseras, anteojos de sol enormes, zapatillas ultra grandes, jeans anchos; todos, objetos copiados de la parte grasa de los Estados Unidos, una vertiente snob berreta, la celebración de un cierto tipo de kistch noventoso, década gobernada por Ménem. Es el lugar donde el Nuevo Rico hace su festín. Donde los advenedisos copiaron y extendieron modelos heredados del exterior, pero no digeridos. La movida electrónica, con su acatamiento de reglas, con su aceptación de códigos de vestir, de andar y de hablar, con su mecanización y con su rechazo a la individualidad pensante, es un ejemplo indudable de estética menemista. La mediocridad en sumo grado.
2) La comida. Proliferación de lugares de comida veloz, con miles de mesas preparadas para recibir a millones de clientes, que comen y se van con la velocidad que llegaron. Reproducción de arquitectura y cocina norteamericanos, mucha madera balsa y plástico, muchos carteles con expresiones como "Free parking" o "The place for ribs". Muchas galerías y luces de neón, donde van a parar familias enteras de aristócratas que hicieron su Abril durante el período menemista. Ejemplos de estos comederos de clase alta son Kansas o Las Olas Boulevard, ambos frecuentados por los magnates del gobierno del riojano y sus cómplices/benefactores.
3) La ropa y la actitud en público. Hubo un énfasis en el impulso de lo vulgar y en el libertinaje. No era de esperarse menos de un gobierno ocupado por ignorantes e incultos. Un presidente que compra trajes Armani porque otro se lo aconsejó o Versace porque a él le gustan (le colmo del mal gusto) influye en una población que hace alarde de andar en ojotas, en musculosa, en bermudas de surfer. Desparpajo, la pose encorvada, los pelos parados con gel como si se hubiesen despertado así. Un efecto dominó de jóvenes con poder económico que abrazan la ropa importada, el modelo de informalidad que nos dictaron desde el Norte, la estética de aristócrata de Beverly Hills 90210. Y miles de Nuevos Ricos copiándolos. Porque el ignorante, el bruto, el animal no sabe crear, sólo reproducir, mezclarse con lo dominante. Reforzar la uniformidad que se impulsa desde las filas gobernantes.
El menemismo no fue sólo un cáncer económico y social. Increíblemente, dejó un legado estético. Legado que hoy tenemos que tolerar, en un país plagado de populistas, de demagogos y de cipayos. Pero eso sí que no es novedad. Subdesarrollados fuimos siempre.
Mucho se habla de las consecuencias económicas del menemismo; de la desigualdad que generó, de cómo la privatización total condicionó nuestras vidas, de la descarada destrucción de la cultura y el apoyo público a las mafias y los robos. Pero no quiero hablar de eso, de eso todos conocemos, todos hablamos. Me pregunto, por otra parte, por el efecto cultural del menemismo. Todos podemos analizar un objeto y decir, sin temor a equivocarnos, que es "menemista". Lo mismo con una actitud, con una persona, con un modo de vivir o con un pensamiento. Tal vez no podamos terminar de definir qué características dan como resultado ese mote, pero todos sabemos a qué se aplica. Lo cual nos obliga a pensar que el menemismo no sólo dejó entre nostros enormes consecuencias económicas o sociales. Dejó también consecuencias estéticas y culturales.
Miremos a nuestro alrededor. Veamos algunos ejemplos:
1) La movida electrónica. Es un claro gesto cultural menemista. La uniformidad en la vestimenta, moldeada en la oleada de marcas multinacionales que se instalaron en el país durante el período en que reinó ese señor. Cierto desenfreno consumista, onda Miami, plagado de viseras, anteojos de sol enormes, zapatillas ultra grandes, jeans anchos; todos, objetos copiados de la parte grasa de los Estados Unidos, una vertiente snob berreta, la celebración de un cierto tipo de kistch noventoso, década gobernada por Ménem. Es el lugar donde el Nuevo Rico hace su festín. Donde los advenedisos copiaron y extendieron modelos heredados del exterior, pero no digeridos. La movida electrónica, con su acatamiento de reglas, con su aceptación de códigos de vestir, de andar y de hablar, con su mecanización y con su rechazo a la individualidad pensante, es un ejemplo indudable de estética menemista. La mediocridad en sumo grado.
2) La comida. Proliferación de lugares de comida veloz, con miles de mesas preparadas para recibir a millones de clientes, que comen y se van con la velocidad que llegaron. Reproducción de arquitectura y cocina norteamericanos, mucha madera balsa y plástico, muchos carteles con expresiones como "Free parking" o "The place for ribs". Muchas galerías y luces de neón, donde van a parar familias enteras de aristócratas que hicieron su Abril durante el período menemista. Ejemplos de estos comederos de clase alta son Kansas o Las Olas Boulevard, ambos frecuentados por los magnates del gobierno del riojano y sus cómplices/benefactores.
3) La ropa y la actitud en público. Hubo un énfasis en el impulso de lo vulgar y en el libertinaje. No era de esperarse menos de un gobierno ocupado por ignorantes e incultos. Un presidente que compra trajes Armani porque otro se lo aconsejó o Versace porque a él le gustan (le colmo del mal gusto) influye en una población que hace alarde de andar en ojotas, en musculosa, en bermudas de surfer. Desparpajo, la pose encorvada, los pelos parados con gel como si se hubiesen despertado así. Un efecto dominó de jóvenes con poder económico que abrazan la ropa importada, el modelo de informalidad que nos dictaron desde el Norte, la estética de aristócrata de Beverly Hills 90210. Y miles de Nuevos Ricos copiándolos. Porque el ignorante, el bruto, el animal no sabe crear, sólo reproducir, mezclarse con lo dominante. Reforzar la uniformidad que se impulsa desde las filas gobernantes.
El menemismo no fue sólo un cáncer económico y social. Increíblemente, dejó un legado estético. Legado que hoy tenemos que tolerar, en un país plagado de populistas, de demagogos y de cipayos. Pero eso sí que no es novedad. Subdesarrollados fuimos siempre.
6 Comments:
mas que una era postmenemista lo que estas describiendo es una era postmoderna. Los no lugares, la neocolonizacion que se da encubierta bajo el nombre simpatico de "globalizacion", la busqueda constante de abandonar la propia conciencia, Ray Ban, McDonalds, Versace, Miami... La lista podria seguir eternamente, pero me parece poco serio pretender hacer cargo a un solo individuo (lease carlos saul)de todos los males que nos aquejan.
Si bien poca gente en el mundo me genera mas asco que nuestro ex presidente riojano, creo que el "menemismo cultural" y la mediocridad social de la que lo acusas responsable es un problema mucho mas profundo que excede las barreras de un gobierno, de un pais... Es un problema mundial y humano, una triste involucion de nuestra especie...
Igualmente me parece saludable tu critica, solo que no coincido con el blanco de tu critica, me parece que hay cosas peores que la uniformidad de la vestimenta en un boliche... eso siempre se dio y se va a seguir dando, es lo que se conoce comunmente como "moda", y no necesariamente implica un vacío cultural menemista.
Igual OJO, no estoy diciendo que no estoy de acuerdo con lo que decis... mas bien todo lo contrario, pero me parece que el post está escrito desde un lugar de enojo y bronca, y esos estados no hacen mas que nublar el juicio...
Vamos a hacer un mea culpa.
Tenés razón, el artículo está escrito desde desde el odio y no desde el intelecto. Reconozco los límites finos de mi acusación, pero la intención era otra.
No es que Menem sólo sea culpable de la moda, la estupidez o el cholulismo. Mi intención era pensar la idea de una "estética menemista". El menemismo no inventó ciertos fenómenos, pero los propulsó, los incentivó como propios.
La neocolonización y sus consecuencias se debe en gran medida a ese gobierno, igual que un alto grado de barbarie cultural e ignorancia, de jóvenes que se "educaron" en los noventas y hoy son lo que son.
Fascismo literario aparte, había una intención. Si no perdió un poco en el camino, me hago responsable.
el año pasado festejé mi culmpleaños, hicimos una fiesta menemista, donde nos rebautizamos como artistas menemal.
comimos pizza, tomamos champán
y a veces tomamos falopa
gastamos mucha plata en ropa,
no ahorramos
nos hacemos los cancheros
extrañamos los 90
aunque no lo querramos, el turco siempre está...
(i hate menem pero nos dió una identidad, aunque sea lamentable, aunque yo NO quiera vivir para la cuatro por cuatro y la casa en el country, me meto adentro del grupo que dece que no! a eso)
no se, es raro...
Respondiendo al post anterior tuyo digo: Necesitas un trio entre Kelly y J Lo para saciar tus fantasias.
Thelma: ¿Cómo me vas a decir eso? Hago toda una declaración de paz con mi ex y me la interpretás como una invitación a orgía. No, de ninguna manera. Acá no hay fantasías. J es el presente, Kelly es el pasado: que ella me mande flores muertas a mi casamiento y no me voy a olvidar de poner rosas frescas en su tumba.
take me down little susy take me down...
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