27 lineas de texto monocromo dedicadas al mismo topico de siempre
Enamorarse soluciona todos los problemas. Por eso buscamos tan insistentemente.
Desenamorarse cansa y por eso repetimos que no queremos relaciones prolongadas.
Vivimos en el desequilibrio de querer y no querer, de conseguir y de fracasar.
Las relaciones que establecemos con otras personas son la clave de la vida.
Y toda relación se define por ser (o no) amorosa.
La obsesión, el odio, el olvido y la indiferencia son todos actos de amor.
No es poesía, no es metáfora, no es simbolismo. Es cierto.
Crear es un acto de amor, pensar es un acto de amor, sufrir es un acto de amor.
Elegir a alguien es enamorarse, pero a la vez es darle al universo medida, encuadrarlo.
Destruir es también un acto de amor, eliminar aquello que pone límites al amor.
Si todo es un acto de amor, es comprensible que sin el amor no tenga sentido vivir.
No porque lo digan los poemas ni lo canten los cantantes ni lo expresen los religiosos.
No es Eros, no es Deseo, no es Cupido. No se define por ser cortés, o violento, o íntimo.
Si Dios es amor no es porque pretenden que seamos pacíficos, sino porque el amor atraviesa todas las cosas.
Es la razón primera y última de todo ser vivo.
Pero esto ya lo sabías, y yo lo sabía y ellos lo sabían.
Si lo escribo es porque necesito justificarme por estar así, solo. La soledad no es un dilema, es una elección.
Estar solo es enfrentarse al universo todo como pozo sin fin.
Enamorarse es llenar ese pozo y taparlo, un acto ingenuo e infantil, pero acto de amor al fin.
Todo es por amor y el amor, como parche universal contra la nada, está en todo.
Incluso en la neutralidad de estas palabras.
En la banalidad de estas frases.
Es la inutilidad de estas ideas.
En la soledad de mis músculos, en la melancolía de mis huesos, en la nostalgia de mis nervios.
No significa nada. Nada.
Son cuatro letras y esconden el sentido de la vida, pero estamos muy cansados para seguir indagando.
Necesito una buena dósis. Una sobredósis de amor. Sabroso. Y urgente.
Desenamorarse cansa y por eso repetimos que no queremos relaciones prolongadas.
Vivimos en el desequilibrio de querer y no querer, de conseguir y de fracasar.
Las relaciones que establecemos con otras personas son la clave de la vida.
Y toda relación se define por ser (o no) amorosa.
La obsesión, el odio, el olvido y la indiferencia son todos actos de amor.
No es poesía, no es metáfora, no es simbolismo. Es cierto.
Crear es un acto de amor, pensar es un acto de amor, sufrir es un acto de amor.
Elegir a alguien es enamorarse, pero a la vez es darle al universo medida, encuadrarlo.
Destruir es también un acto de amor, eliminar aquello que pone límites al amor.
Si todo es un acto de amor, es comprensible que sin el amor no tenga sentido vivir.
No porque lo digan los poemas ni lo canten los cantantes ni lo expresen los religiosos.
No es Eros, no es Deseo, no es Cupido. No se define por ser cortés, o violento, o íntimo.
Si Dios es amor no es porque pretenden que seamos pacíficos, sino porque el amor atraviesa todas las cosas.
Es la razón primera y última de todo ser vivo.
Pero esto ya lo sabías, y yo lo sabía y ellos lo sabían.
Si lo escribo es porque necesito justificarme por estar así, solo. La soledad no es un dilema, es una elección.
Estar solo es enfrentarse al universo todo como pozo sin fin.
Enamorarse es llenar ese pozo y taparlo, un acto ingenuo e infantil, pero acto de amor al fin.
Todo es por amor y el amor, como parche universal contra la nada, está en todo.
Incluso en la neutralidad de estas palabras.
En la banalidad de estas frases.
Es la inutilidad de estas ideas.
En la soledad de mis músculos, en la melancolía de mis huesos, en la nostalgia de mis nervios.
No significa nada. Nada.
Son cuatro letras y esconden el sentido de la vida, pero estamos muy cansados para seguir indagando.
Necesito una buena dósis. Una sobredósis de amor. Sabroso. Y urgente.
3 Comments:
el amor es como un phoskitos, inútil para vivir pero necesario para el disfrute y la ilusión de los niños y muchachos, que venimos a ser todos nosotros.
vale, mis palabras también son vacías y sólo vienen a ratificarte, pero no hay más (o eso o planos fijos y aburridos, que quieres)
Siempre que leo a la mañana lo que escribí a la noche, me parece estúpido. No falla nunca. Pero algo de verdad tendrá, no sé.
Todo lo que hace uno al dia siguiente ya nos parece estupido. Los cortos, los guiones, las mujeres, todo. De que sirve lamentarse?
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