Lo nuestro y todo lo demas
"Todo nos parece una mierda, todo nos parece una mierda, todo nos parece una mierda menos lo nuestro".
Es hermoso porque es simple. Podría ser grosero pero no lo es: es directo y es comprensible y es sincero. Es de Astrud, una banda que comienzo a apreciar, y define perfectamente lo que es (o debería ser) el amor, el gran tema de este blog y de la Historia de la Humanidad. Me parece que este verso simple de una canción pop ayuda a todo aquél que se pregunta si está enamorado o no y, a la vez, si es una historia de amor o una obsesión individual. Si a ambos les parece todo irrelevante en comparación con lo que tienen, entonces no hay duda.
Pero...
No es tan simple como ese verso que dos personas sientan eso mismo simultáneamente.
El idealismo es para pocos, estos días. A todos les gusta la idea del romance, pero nadie entrega sus intereses personales en pos de ese Amor decimonónico que hace rato dejó de predicarse.
La idea del Sacrificio amoroso, tanto o más importante que el Sacrificio religioso, es ya cosa de muy pocos, que son rápidamente tildados de anticuados o idealistas o románticos, como si uno fuera un obsesionado de Goethe o de Rimbaud.
Yo soy uno de esos y no me avergüenzo, me parece inmensamente más importante la intensidad amorosa que mi futuro profesional. Es menos frívola, me define más como individuo y es de lo único que no puedo arrepentirme. Es, en gran medida, la razón de mi vida y no me molesta decirlo. Y si no salí aún corriendo detrás de esa pasión no es porque no vino, sino porque las personas a las que fue destinada no piensan como yo, o no respetan a la intensidad como yo o, simplemente, dejaron que esa intensidad se apagara mientras yo ingenuamente seguía alimentándola.
A mí no se me ocurre nada más hermoso: que todo nos importe una mierda cuando somos dos y nadie más puede entendernos. Hay una violencia radical y visceral en la afirmación. No nos baste con que nos importen menos las cosas, sino que directamente nos parecen una mierda, una basura en comparación con lo que tenemos. Es el endiosamiento más absoluto del amor.
Pero yo les pregunto: ¿Alguno de ustedes que leen esto se siente así?
Yo hace mucho que no. Creo que nunca, si lo pienso bien.
Bla, bla, bla, bla y al final...
todo nos parece una mierda
incluso lo nuestro.
Es hermoso porque es simple. Podría ser grosero pero no lo es: es directo y es comprensible y es sincero. Es de Astrud, una banda que comienzo a apreciar, y define perfectamente lo que es (o debería ser) el amor, el gran tema de este blog y de la Historia de la Humanidad. Me parece que este verso simple de una canción pop ayuda a todo aquél que se pregunta si está enamorado o no y, a la vez, si es una historia de amor o una obsesión individual. Si a ambos les parece todo irrelevante en comparación con lo que tienen, entonces no hay duda.
Pero...
No es tan simple como ese verso que dos personas sientan eso mismo simultáneamente.
El idealismo es para pocos, estos días. A todos les gusta la idea del romance, pero nadie entrega sus intereses personales en pos de ese Amor decimonónico que hace rato dejó de predicarse.
La idea del Sacrificio amoroso, tanto o más importante que el Sacrificio religioso, es ya cosa de muy pocos, que son rápidamente tildados de anticuados o idealistas o románticos, como si uno fuera un obsesionado de Goethe o de Rimbaud.
Yo soy uno de esos y no me avergüenzo, me parece inmensamente más importante la intensidad amorosa que mi futuro profesional. Es menos frívola, me define más como individuo y es de lo único que no puedo arrepentirme. Es, en gran medida, la razón de mi vida y no me molesta decirlo. Y si no salí aún corriendo detrás de esa pasión no es porque no vino, sino porque las personas a las que fue destinada no piensan como yo, o no respetan a la intensidad como yo o, simplemente, dejaron que esa intensidad se apagara mientras yo ingenuamente seguía alimentándola.
A mí no se me ocurre nada más hermoso: que todo nos importe una mierda cuando somos dos y nadie más puede entendernos. Hay una violencia radical y visceral en la afirmación. No nos baste con que nos importen menos las cosas, sino que directamente nos parecen una mierda, una basura en comparación con lo que tenemos. Es el endiosamiento más absoluto del amor.
Pero yo les pregunto: ¿Alguno de ustedes que leen esto se siente así?
Yo hace mucho que no. Creo que nunca, si lo pienso bien.
Bla, bla, bla, bla y al final...
todo nos parece una mierda
incluso lo nuestro.
1 Comments:
Lejos quedó el tiempo en el que me sentí asi (me sentí así?), estimado cadmo. Ahora parece que estamos en la misma: todo nos parece una mierda, incluso lo nuestro. O peor, lo que creíamos nuestro y hermoso, no solo no fue nunca nuestro, sino que además también era y es una mierda.
Carajo, qué comentario negro. Y bueno, asi estamos por acá. Ser decimonónico por estos tiempos no paga, cadmo, no paga. Aunque uno nunca se resigna del todo y, tarde o temprano, vuelve a caer en la trampa...
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