Una verdad horrible con la que voy a perder a la mitad de mis lectores
Resultaba que venía yo manejando a casa muy enojado conmigo mismo por cosas que hice y dije y pensé y, revuelto por un ataque de culpa, escribí el texto que subo a continuación. Repugnado por lo que me salió de las entrañas, decidí borrarlo. Pero luego lo releí y me dije que si lo escribí es porque necesitaba hacerlo y que uno no puede borrar la parte de uno que no le gusta y mostrar sólo lo que cree lindo. Hay que mostrarse como uno es y saber bancarse las consecuencias. Este escrito habla mucho de mí - espero que me perdonen el enorme narcisismo de mi prosa - y, sin embargo, en el fondo estoy hablando de lo que no quiero ser para mis amigos. Y como sé que a veces soy eso que enumero y me siento horrible por ser así, quiero dejar esas manías en evidencia. Para que los que me quieran puedan estar atentos y hacérmelas saber...
Considerando que a nadie le gusta ser un reverendo hijo de puta.
Comencemos:
"Antes que nada, quiero que sepas algo, y no me digas después que no te lo advertí: no soy nada fácil.
Llega un momento en el cual uno analiza el tiempo transcurrido y se siente capaz de saber qué tipo de persona es. Uno puede mentirle a los demás, pero no puede mentirse a uno mismo: cuando se es mal tipo, somos los primeros en saberlo. Y yo lo sé, hace mucho tiempo ya: en una escala de mala gente, creo que me llevo varios galardones y alguna que otra medalla honoraria.
Primero y principal, no sé decir que me equivoqué y no sé pedir perdón.
No tengo una personalidad muy razonable y, aún compensando con otras virtudes, todo se basa en crear una estrategia de nublado de vista: si te tejo una telaraña de colores, lograré que no veas la basura que se esconde detrás. Es decir, sin lugar a dudas voy a lograr que te fascines conmigo, pero el día en que las cosas salgan mal, el día que estés solo o el día en que la suerte te de la espalda, no mires en mi dirección porque yo no voy a estar. A la larga vas a entender que cuando las papas queman, en mi lugar hay una gran ausencia.
Te hago creer la imagen de glamour, vamos a aceptarlo de entrada. Te escondo mis defectos cuando quiero y te los revelo cuando me conviene. Actúo como un rockstar o como un genio de la creación aún si no hice ningún mérito para llevar esa imagen y esas costumbres y, sobre todas las cosas, hago de la condescendencia una costumbre. Sí, te lo digo así: es muy probable que en algún momento te trate como si fueras menos que yo.
Que soy un egocéntrico y un egoísta no es noticia. Aún en esta extensa cadena de autoagravios te das cuenta de que sólo hablo de mí. Me miro al espejo al menos veinte veces por día y me preocupa mucho más el estado de mi cabello que los problemas de nutrición en la zona subsahariana. Me pongo la ropa para que me la elogies y, si no lo hacés, me ofendo. Digo lo que sé que querés escuchar y juego a ser modesto cuando sé que me va a ayudar conseguir cosas.
Todo esto y mucho más, de poco vale seguir enumerando. Creo que la idea es clara: yo soy un mal tipo, y me hago cargo. Lo digo acá y lo reconozco: soy una persona poco confiable, poco generosa, poco solidaria y poco considerada. Hipócrita jamás, eso también lo aclaro, no sé decir otra cosa que la verdad, aún cuando sé que esa verdad que te voy a decir te va a doler. A veces, incluso, me gusta ver cómo te duele.
Lo digo porque creo que en el fondo me gustaría ser una persona mejor. Te juro que lo estoy intentando, por momento logro forzarme a simular que me acuerdo de los cumpleaños, que me interesa la vida de los demás y de que puedo usar parte de mi tiempo para ayudar a otros. Incluso te diría que me hace feliz darme cuenta de una actitud solidaria de mi parte.
Considero a la mayoría de mis lectores mis amigos y, por eso, quise tener este gran acto de honestidad con ustedes. Quiero que me quieran por lo que soy, y parte de lo que soy es algo malo y feo. Si logran perdonarme después de todo eso, creo que podremos ser amigos para toda la vida. Y eso también me fuerza a querer ser mejor tipo el día de mañana."
Considerando que a nadie le gusta ser un reverendo hijo de puta.
Comencemos:
"Antes que nada, quiero que sepas algo, y no me digas después que no te lo advertí: no soy nada fácil.
Llega un momento en el cual uno analiza el tiempo transcurrido y se siente capaz de saber qué tipo de persona es. Uno puede mentirle a los demás, pero no puede mentirse a uno mismo: cuando se es mal tipo, somos los primeros en saberlo. Y yo lo sé, hace mucho tiempo ya: en una escala de mala gente, creo que me llevo varios galardones y alguna que otra medalla honoraria.
Primero y principal, no sé decir que me equivoqué y no sé pedir perdón.
No tengo una personalidad muy razonable y, aún compensando con otras virtudes, todo se basa en crear una estrategia de nublado de vista: si te tejo una telaraña de colores, lograré que no veas la basura que se esconde detrás. Es decir, sin lugar a dudas voy a lograr que te fascines conmigo, pero el día en que las cosas salgan mal, el día que estés solo o el día en que la suerte te de la espalda, no mires en mi dirección porque yo no voy a estar. A la larga vas a entender que cuando las papas queman, en mi lugar hay una gran ausencia.
Te hago creer la imagen de glamour, vamos a aceptarlo de entrada. Te escondo mis defectos cuando quiero y te los revelo cuando me conviene. Actúo como un rockstar o como un genio de la creación aún si no hice ningún mérito para llevar esa imagen y esas costumbres y, sobre todas las cosas, hago de la condescendencia una costumbre. Sí, te lo digo así: es muy probable que en algún momento te trate como si fueras menos que yo.
Que soy un egocéntrico y un egoísta no es noticia. Aún en esta extensa cadena de autoagravios te das cuenta de que sólo hablo de mí. Me miro al espejo al menos veinte veces por día y me preocupa mucho más el estado de mi cabello que los problemas de nutrición en la zona subsahariana. Me pongo la ropa para que me la elogies y, si no lo hacés, me ofendo. Digo lo que sé que querés escuchar y juego a ser modesto cuando sé que me va a ayudar conseguir cosas.
Todo esto y mucho más, de poco vale seguir enumerando. Creo que la idea es clara: yo soy un mal tipo, y me hago cargo. Lo digo acá y lo reconozco: soy una persona poco confiable, poco generosa, poco solidaria y poco considerada. Hipócrita jamás, eso también lo aclaro, no sé decir otra cosa que la verdad, aún cuando sé que esa verdad que te voy a decir te va a doler. A veces, incluso, me gusta ver cómo te duele.
Lo digo porque creo que en el fondo me gustaría ser una persona mejor. Te juro que lo estoy intentando, por momento logro forzarme a simular que me acuerdo de los cumpleaños, que me interesa la vida de los demás y de que puedo usar parte de mi tiempo para ayudar a otros. Incluso te diría que me hace feliz darme cuenta de una actitud solidaria de mi parte.
Considero a la mayoría de mis lectores mis amigos y, por eso, quise tener este gran acto de honestidad con ustedes. Quiero que me quieran por lo que soy, y parte de lo que soy es algo malo y feo. Si logran perdonarme después de todo eso, creo que podremos ser amigos para toda la vida. Y eso también me fuerza a querer ser mejor tipo el día de mañana."
9 Comments:
Querido...yo soy mucho mas mierda que vos, la peor basura. y te quiero asi como sos. ay que cursi, vos empezaste...
guindillo, no eres tan malo y, si es así, nos tienes a todos muy engañados y eres un gran actor.
alomejor es eso, somos todos un poco actores en la vida, no?
creo que es más tu arrogancia argentina que os viene de serie, que suele ser una máscara que tapa cierta inocencia y timidez.
ahora va y todos tus lectores argentinos me insultan. los españoles somos guays, además yo soy de barcelona, man.
no te flageles que ya lo hacen los demás por tí!
No pongamos a todos los argentinos en la misma bolsa.
Por otra parte, si uno se siente mala persona y dice saber serlo y hace algo por intentar cambiarlo, al menos eso creo que implica un poco de bondad interior.
Pero es fácil sentirse superior a los demás; el tema es demostrarlo. Aunque de todas formas, no hay forma de demostrarlo ya que... qué es la superioridad? Tener más dinero? Ser más culto? Conocer más libros? Más películas? Nada de eso te hace superior. Puedes ser superior en todo eso pero no en amor, por ejemplo. Y a fin de cuentas, ¿quién es más feliz?
a veces nos sentimos malos sin serlo
a veces somos sin sentirlo
yo solo te puedo decir.. q te sigo leyendo igual que antes..
estos días.. estos días.. terribles
venias manejando dolido contigo mismo x cosas que dijiste...
ese seria el relato,y podriamos constatar o nó, lo perverso que eres.
todos pecamos.
son miserias de cada uno, no se trata de ser malo ni bueno, son pensamientos, son momentos... Hay dias q me siento la mala de la pelicula y otras la victima a la que no paran de sucederle cosas...lo cierto es que depende desde que ángulo que se juzgue una situacion, se podrá determinar que fue lo que se jugó en uno mismo para que uno diga, haga y piense eso que segun "todos" es un pensamiento que contiene mucha maldad...
perdon usuario anónimo,no se le entiende nada,bueno, sí se en
tiende pero que mal desarrollado
está!
disculpeme, simplemente padezco deformación profesinal
miserias de un gran tipo!
sólo los grandes ven sus pequeñeces.
dejando el pelo aparte...
x cual empezamos a mejorar?
groso!! yo tambien soy una mierda.
N.
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