Cada vez que decimos basta, algo se mueve
La decisión de huir fue súbita. O tal vez no, tal vez la había planeado desde un comienzo, inconscientemente esperando a que viniera el momento adecuado. La angustia fue un factor, supongo, porque se hace recurrente. La falta de nuevas perspectivas amorosas, o de salidas claras a la medianía, el color gris en todos lados o los mensajes políticos en las paredes de la calle. Saltó a la vista que algo hay que hacer, que se está llegando a ese punto de no va más en la ruleta cotidiana.
¿Qué hay que hacer? ¿Tomar la determinación fácil o la difícil?
¿Esperar o apresurar los hechos?
¿Construir con humildad, como quien no quiere la cosa, para lograr el objetivo, o apurar el objetivo construyendo para otros?
El medio local no supone obstáculos. Se agotó aún antes de volver.
Hay que saber aprovechar la furia mientras dura, antes de que a uno se le pase el momento. Hay que ser todo lo adolescente que se pueda mientras uno aún tiene derecho a decir que lo es, para llegar como un roble sereno a la edad madura. No se gana la sabiduría sin haber rockeado antes. No hay segundas chances cuando el tren se fue.
Hay que hacerlo ahora. Tomar el dinero y correr. Sin equipaje y sin pedir permiso, bang, quemar las naves.
Es la situación ideal para reinventarse una vez más, esta vez donde uno pueda ser uno más de los que hacen juego perimetral. Eso es lo fantástico, cuando se conforma una comunidad de personas que juegan en los bordes y no en el centro de la sociedad. Cuando estás en el centro, se muere la fuerza vital. El magma de idiomas que se baraja entre los jugadores del borde los une, como extraños que ven a lo que pasa desde otra perspectiva. En esa "otredad de la perspectiva" está la libertad en su más puro estado, si uno vive allí nunca deja de estar en movimiento, experimentando, soñando, jugando con absoluta sencillez a vivir. Y, en el proceso, vive.
Hay que agarrar la sartén por el mango. Basta de mensajes de madrugada tirando tiros a la oscuridad, salidas desesperadas buscando ese buen culo que haga olvidar desamores, mirarse en el espejo intentando divisar el error constitutivo del cráneo y de la composición genética que hace que algunas cosas crezcan y otras no. Cuando todas las caras convergen siempre en las mismas esferas, lo que queda es una sola esfera. El desierto. Hay poca vida en el desierto y, los que sobreviven allí, no tienen muchas razonas para hacerlo salvo el impulso vital. Hay que salir del desierto, aprender a perderse en algún lugar diferente. Porque al moverse y reencontrarse, los diálogos son nuevos, la curiosidad es nueva, el frío es nuevo y hasta las expectativas son nuevas. El valor de la novedad es la fuerza motriz de nuestra existencia.
Es cuestión de abrir la puerta. Y salir. Y correr el riesgo de quedarse desnudo bajo la lluvia. Riesgo menor, si consideramos lo bajo que cotiza hoy en día estar vivo.
¿Qué hay que hacer? ¿Tomar la determinación fácil o la difícil?
¿Esperar o apresurar los hechos?
¿Construir con humildad, como quien no quiere la cosa, para lograr el objetivo, o apurar el objetivo construyendo para otros?
El medio local no supone obstáculos. Se agotó aún antes de volver.
Hay que saber aprovechar la furia mientras dura, antes de que a uno se le pase el momento. Hay que ser todo lo adolescente que se pueda mientras uno aún tiene derecho a decir que lo es, para llegar como un roble sereno a la edad madura. No se gana la sabiduría sin haber rockeado antes. No hay segundas chances cuando el tren se fue.
Hay que hacerlo ahora. Tomar el dinero y correr. Sin equipaje y sin pedir permiso, bang, quemar las naves.
Es la situación ideal para reinventarse una vez más, esta vez donde uno pueda ser uno más de los que hacen juego perimetral. Eso es lo fantástico, cuando se conforma una comunidad de personas que juegan en los bordes y no en el centro de la sociedad. Cuando estás en el centro, se muere la fuerza vital. El magma de idiomas que se baraja entre los jugadores del borde los une, como extraños que ven a lo que pasa desde otra perspectiva. En esa "otredad de la perspectiva" está la libertad en su más puro estado, si uno vive allí nunca deja de estar en movimiento, experimentando, soñando, jugando con absoluta sencillez a vivir. Y, en el proceso, vive.
Hay que agarrar la sartén por el mango. Basta de mensajes de madrugada tirando tiros a la oscuridad, salidas desesperadas buscando ese buen culo que haga olvidar desamores, mirarse en el espejo intentando divisar el error constitutivo del cráneo y de la composición genética que hace que algunas cosas crezcan y otras no. Cuando todas las caras convergen siempre en las mismas esferas, lo que queda es una sola esfera. El desierto. Hay poca vida en el desierto y, los que sobreviven allí, no tienen muchas razonas para hacerlo salvo el impulso vital. Hay que salir del desierto, aprender a perderse en algún lugar diferente. Porque al moverse y reencontrarse, los diálogos son nuevos, la curiosidad es nueva, el frío es nuevo y hasta las expectativas son nuevas. El valor de la novedad es la fuerza motriz de nuestra existencia.
Es cuestión de abrir la puerta. Y salir. Y correr el riesgo de quedarse desnudo bajo la lluvia. Riesgo menor, si consideramos lo bajo que cotiza hoy en día estar vivo.
5 Comments:
me sirvió encontrarme con estas palabras, identificó mucho mi estado, cuesta salirme del pasado, de lo conocido, del mecanismo, tras lo nuevo que irrumpe sin aviso me hace paralizar y ahi me viene la angustia...entonces sigo con lo fácil que ya se como empieza y como termina y en el interin sufro porque siempre supe como empieza y como termina entonces no tengo a quien culpabilizar mas que a mí misma...
tomo la determinación difícil y apresuro los hechos, construyo para otros.
yo soy así, pero arriesgo, también, que ya es algo que mucha gente no hace...
un beso guidillo. aver cuando vuelves que te echamos de menos. será un año raro de tristeza y ilusión. Ueas!
Hay naves ardiendo más allá de Orión...
vives sin vivir en tí...
vomitas hastío...
te miras demasiado...
cuentanos, que te haria sentirte bien?
una novia,una novela,una peli,un viaje?
se me ocurre preguntarte,
que cambiarias antes,tu carácter ó tu digamos prealopecia?
no te enojes,desde el cariño me permito hablarte así.
un abrazo.
La imagen es estar parados bajo el granizo.
tanta imposibilidad de comprender al otro.
Me hiciste acordar un poco a mi. Te dejo mi blog.
www.comounalunaenelagua.blogspot.com
N.
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