Epitafio o bautismo
Cuando la besé por última vez no había pena en mi voz rota. Nos miramos como se miran quienes no necesitan hablar. Estiramos las cervezas y los cigarrillos con desdén, con letanía. Nos perdonamos las cosas que no supimos darnos, pero secretamente nos congratulábamos por lo que logramos juntos. Porque lo logramos, no sé qué, pero lo logramos. Miré su porte a la distancia, su impecable gusto en el vestir y su silueta de estampita de posguerra. Qué mujer, pensé, qué mujer que camina hacia ese andén, qué historia de femineidad que no derrama lágrimas. Soy yo, el de la historia de llantos, el que no consigue contenerlas. Soy yo el que pone en canciones el peso del pasado reciente. Otro proyecto de amor se diluye u otra historia de amor inmortal nace, no lo sé.
Un pedazo de mí se va con ella, y está bien.
Un pedazo de mí se va con ella, y está bien.
1 Comments:
que jodido!
como vas dejando trocitos...
envidia cochina...
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