M-I-E-D-O
Hoy me dí cuenta que soy de los miedosos. Que vendo una imagen pero que no estoy a la altura, que dejo que crean eso pero siendo lo opuesto.
Elijo rodearme de los más miedosos que yo, para poder ser el osado del grupo, pero no soy más que un cachorro junto a los que la viven en serio, al límite.
Se llama miedo.
Me mata el miedo.
Me enseñaron a vivir así, rogando que me pegara el rayito de luz para quedar por siempre iluminado. Me enseñaron a respetar las reglas y hacerlas cumplir religiosamente. Me enseñaron la mesura y me disuadieron de caer en las garras de lo impensado.
Y aquí estoy, contando los billetes en cada momento, calculando las acciones y los movimientos, arriesgando lo menos posible. No por nada afirmé que siempre que no iba al casino porque tenía más miedo a perder de lo que deseo ganar. Una vida en la que nada se pierde y nada se gana, solo se está bien.
Jamás arriesgué y obtuve sendas veces el premio consuelo.
Canté las canciones y grité que haría eso que ellas hacen, pero nunca lo hice, nunca lo haré.
La vida rock and roll es para la historia y para las películas. Pero yo no soy así.
No fui así cuando creí que era bisexual, o cuando me pintaba las uñas, ni cuando decidí que no era tan grave drogarse. No fui rock and roll con mis amigos ni con mis enemigos, ni con mis familiares ni con fragrantes desconocidos.
Mi vida es aburrida y fácil y convencional, como la de cualquiera.
Me aterra el contacto humano como a cualquier hijo de vecino y siempre es más fácil degradar a los demás en nuestra mente que en la realidad. La vida está ahí afuera.
No soy indiferente a la muerte, ni pierdo la mesura ni mantengo las promesas que hago.
Y acá estoy, sentado, desnudo, solo, escuchando al segundo movimiento de la Novena Sinfonía de Beethoven hecha en sintetizador moog por Wendy Carlos, escribiendo estas líneas para todos, para nadie, sin saber si mañana, cuando deba correr para subirme a un auto, a las apuradas, a Niza, tendré todavía este estado de la mente o si habré cambiado para bien, para riesgo, para osadía.
Jamás escribí un posteo tan psycho, border, pasado como este.
Vaya uno a saber lo que pasa.